La cápsula endoscópica es una técnica no invasiva de exploración diagnóstica más fisiológica que las técnicas habituales, ya que se mueve pasivamente por el intestino mediante sus movimientos propulsivos peristálticos.
Este no está distendido por el aire, y es por ello que la mucosa se visualiza en su estado basal.
Este dispositivo de pequeño tamaño es ingerido por boca, y mediante una cámara de vídeo desechable graba imágenes que posteriormente son transferidas a un ordenador.
Permite obtener múltiples imágenes del tubo digestivo el tiempo que dura que suele ser 8horas.
Esta técnica se aprobó por la FDA americana en el año 2001 y ese mismo año fue introducida en nuestro país.
Hoy en día se considera a esta técnica como la prueba de mayor rentabilidad diagnóstica en el estudio de enfermedades del intestino delgado habiendo supuesto una revolución en las patologías de este tramo de tubo digestivo.
La cápsula tiene forma cilíndrica y un tamaño aproximado de 11 por 26mm. Es de un solo uso, por lo que cada exploración se debe utilizar una sola cápsula, lo cual supone uno de los principales inconvenientes de esta técnica: su coste elevado.
La principal complicación es la retención en el organismo de esta cápsula por lo que si hay sospecha de estenosis en el tubo digestivo se administra otra cápsula previa o biodegradable (Cápsula Patency).