POLIPECTOMÍA ENDOSCÓPICA GÁSTRICA

Para el endoscopista, pólipos es un término descriptivo que se refiere a toda prominencia de la mucosa, sésil o pediculada, sin considerar qué tipo de tejido es.

Los pólipos en el tracto digestivo superior son lesiones originadas en la mucosa y es una patología que habitualmente son diagnosticados de forma accidental.

La posibilidad de que alguno no sea benigno, obliga a llevar a cabo la resección o polipectomía.

Con el mayor uso de las gastroscopias, la detección de pólipos ha aumentado, encontrándose en el 4-8% de las exploraciones.

Inicialmente se realiza una endoscopia diagnóstica para valorar las características del pólipo, en cuanto a tamaño, forma, localización, accesibilidad, características del pedículo…

Las características endoscópicas y el contexto del paciente son útiles en su evaluación, de tal manera que factores como el sitio anatómico de presentación, la historia heredofamiliar, el uso de medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones y el tamaño de los pólipos  ayuda a una  caracterización adecuada .

Las tecnologías como la NBI/magnificación y la cromoendoscopia vital ayudan también a  predecir mejor el tipo de pólipo que es.

Clásicamente se asocia a los pólipos adenomatosos con riesgo de transformación maligna. Este riesgo es muy bajo para los pólipos gástricos hiperplásicos y es prácticamente nulo en los pólipos de glándula fúndica.

La polipectomía se lleva a cabo mediante corriente electroquirúrgica a través de un asa de diatermia (laza metálico) que coagula los vasos adyacentes al pólipos y corta.

El asa de diatermia hay que cerrarlo progresivamente, manteniendo una presión constante y suave.

Si tras haber hecho la polipectomía sangra, se puede hacer hemostasia (parar el sangrado) mediante escleroterapia (inyectar sustancias o administrar coagulación con el mismo asa) o colocación de hemoclips.

Posteriormente se recupera el pólipo para su estudio histológico.

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Instrumental y procedimiento