HELICOBACTER PYLORI

¿Qué es?

Se trata de una infección gástrica producida por una bacteria, que afecta hasta el 50% de la población mundial.  Se desconoce el motivo pero sólo un reducido grupo de personas desarrollará síntomas o alguna de las enfermedades relacionada con ella. Los principales síntomas son el dolor abdominal, ardor, náuseas, eructos frecuentes e hinchazón, recogidos en común bajo la denominación dispepsia. Además H. Pylori es la principal causa de gastritis crónica, úlcera gástrica y/o duodenal, y está relacionado en gran medida con la aparición de cáncer gástrico o linfoma MALT. Es por ello que se recomienda la erradicación de la infección, siempre que se realiza el diagnóstico.

No se conoce aún con exactitud el modo de transmisión de la infección por Helicobacter Pylori, por lo que no se recomienda a las personas infectadas tomar medidas especiales para evitar el contagio a otros. De todos modos, el contagio persona a persona, si existe, parece ser muy escaso.

¿Cómo se diagnostica?

Existen diferentes métodos para establecer el diagnóstico de la infección, que se clasifican en pruebas invasivas o métodos directos y no invasivas o métodos indirectos. Los primeros se basan en la demostración directa del microrganismo mediante el estudio de muestras de mucosa gástrica obtenidas mediante biopsia endoscópica. Los indirectos, por el contrario, se basan en encontrar las consecuencias de la presencia de la bacteria basándose en características propias de la misma (por ejemplo la capacidad de hidrolizar la urea). La elección de la misma se realizará en función de las características del paciente.

  Test no invasivos:

  • Test de aliento C13-Urea: Se basa en la capacidad de la bacteria de hidrolizar una solución de urea marcada con C13. Si H. Pylori está presente está solución se deshará aumentando la proporción de C13 en el aire espirado.
  • Determinación de antígeno de H. Pylori en heces: Con el análisis de una simple muestra de heces, resulta un método fiable tanto para diagnosticar como para comprobar curación una vez tratada la infección.
  • Serología IgG de H Pylori en sangre: Se basa en confirmar la presencia de anticuerpos frente al patógeno, lo cual indica una exposición previa al microrganismo pero no diferencia entre infección activa y pacientes que han eliminado la infección, ya que los anticuerpos permanecen presentes tiempo después de la curación.

  Test invasivos: para los que será necesaria la realización de una gastroscopia:

  • Test de ureasa: Tras biopsiar la mucosa del estómago, la muestra se introduce en una solución con urea y un marcador que cambia de color con los cambios de pH. Si en la muestra obtenida se encuentra presente H. Pylori, descompondrá la urea cambiando el pH y la solución modificará el color.
  • Análisis histológico de muestras obtenidas en la endoscopia: Se trata de analizar las muestras por un patólogo al microscopio y comprobar la presencia o no del microrganismo.
  • Cultivo de muestras obtenidas en la endoscopia: método costoso y complejo, reservado para pacientes que no erradican la infección pese a diferentes tratamientos pautados.

¿Cómo se trata?

La combinación de inhibidores de la bomba de protrones (IBP) y antibióticos es el tratamiento más adecuado para combatir esta bacteria. Los expertos recomiendan que aquellos pacientes a los que se les paute dicho tratamiento, no lo abandonen y lo completen como se les ha prescrito, para evitar la creación de resistencias bacterianas y  lograr erradicar el microorganismo.

Existen diferentes pautas, que duran entre 10 y 14 días, las cuales se irán estableciendo atendiendo a las posibles alergias del paciente, así como a los tratamientos previos que se hayan pautado sin éxito. El tratamiento con antibióticos puede alterar la flora intestinal, produciendo náuseas, vómitos o diarrea, pero una vez completado los síntomas remitirán y con la ayuda de probióticos se pueden minimizar al máximo.

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