DISPEPSIA

¿Qué es?

El término dispepsia hace referencia a los síntomas relacionados con el tracto digestivo superior, generalmente molestia o dolor abdominal y que se localizan en la región superior central del abdomen. Estas molestias pueden presentarse con mayor o menor frecuencia e intensidad, y acompañarse de náuseas, hinchazón abdominal, acidez, digestión pesada, eructos, regurgitaciones (regreso de la comida desde el estómago a la boca) o vómitos.

Hay que tener en cuenta que los síntomas dispépticos ocasionales se presentan a menudo en individuos sanos, y la mayoría de las veces carecen de significado patológico. Algunas veces los síntomas se producen después de una comida excesiva o muy condimentada, otras por consumir café, alcohol o tabaco, y en otras por tomar ciertos medicamentos que lesionan la mucosa gástrica, como la aspirina o los antinflamatorios. Algunas personas con dispepsia pueden tener una herida o erosión (úlcera) en el estómago o en el duodeno. En ocasiones, la dispepsia se produce cuando existen algunos problemas psicológicos (estrés, ansiedad, depresión, etc.). Sin embargo en la gran mayoría de las personas con dispepsia no se encuentra una causa clara que explique el porqué de estas molestias.

La dispepsia es una de las patologías que mayor asistencia requiere en nuestro centro y a pesar de ello su aproximación diagnóstica y tratamiento siguen siendo controvertidos.

¿Cómo se diagnostica?

Si las molestias no se producen muy a menudo y son poco importantes, en principio no tiene por qué ser un motivo de preocupación.

Si los síntomas son frecuentes es recomendable investigar la presencia de una infección gástrica por una bacteria denominada Helicobacter Pylori ya sea mediante un estudio en heces o con una prueba de aliento. SI los síntomas no ceden tras curar la infección (o si esta no existiese), sería recomendable realizar una gastroscopia, especialmente si presenta alguno de los siguientes síntomas: pérdida de peso, vómitos persistentes, anemia o dificultad al tragar los alimentos. En los pacientes mayores de 55 años con síntomas de aparición reciente, se realizará una endoscopia como primera prueba diagnóstica.

Tras realizar la gastroscopia, la mayor parte de los pacientes son catalogados de dispepsia funcional, esto es, sin causa aparente y por lo tanto únicamente será necesario establecer un tratamiento apropiado dirigido a mejorar la sintomatología.

¿Cómo se trata?

La mayoría de las veces estas molestias desaparecerán solas, o con un cambio en los hábitos alimentarios o en el estilo de vida (comer con moderación, realizar dieta si existe sobrepeso, abstinencia de alcohol, dejar de fumar, etc.).

En una parte importante de los pacientes, además de cambiar el estilo de vida, va a ser necesario pautar un tratamiento farmacológico, inicialmente inhibidores de la bomba de protones (como el Omeprazol) o procinéticos. En los pocos casos en los que no se mejora, a pesar de combinar ambos grupos de fármacos, se puede probar a utilizar algún antidepresivo que ayudan a modular la sensibilidad del tracto digestivo o incluso recomendar ayuda psicológica.

Si se le diagnostica una infección por Helicobacter pylori, deberá recibir un tratamiento con antibióticos.

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