PANCREATITIS AGUDA

¿Qué es?

La pancreatitis aguda consiste en una inflamación repentina del páncreas, el cual es una glándula localizada por detrás del estómago.

El páncreas es el encargado de producir las hormonas que regulan el azúcar (insulina y glucagón), así como unas proteínas (enzimas) necesarias para la digestión de los alimentos.

Se trata de una patología de tratamiento hospitalario, debido a sus posibles complicaciones y a la afectación del estado general que presentan estos pacientes.

¿Cuál es la causa?

Ocurre debido a la activación de las enzimas pancreáticas dentro de la glándula y no en el intestino, como es lo habitual.

Al activarse dentro del páncreas, hacen daño al tejido pancreático, produciendo inflamación y daño de éste y de la grasa circundante.

La pancreatitis aguda afecta más frecuentemente a hombres que a mujeres. Además, ciertas enfermedades, cirugías y hábitos hacen que tenga mayor probabilidad de desarrollar esta afección:

  • Los cálculos biliares son la causa más común. La obstrucción de la desembocadura del conducto pancreático (de modo permanente o temporal) por un cálculo que ha sido expulsado por la vesícula (ya que la vía biliar y el conducto pancreático “desembocan” en el mismo orificio), produce acúmulo del jugo pancreático y activación de las enzimas de la digestión dentro de la glándula pancreática, con el consiguiente daño de la misma.
  • El consumo de alcohol y tabaco.
  • Trastornos genéticos, como la fibrosis quística
  • Problemas autoinmunitarios (cuando el sistema inmunitario ataca al cuerpo)
  • Altos niveles de una grasa llamada triglicéridos, frecuentemente por encima de 1,000 mg/dL
  • Lesión al páncreas a raíz de un traumatismo

Otras causas incluyen:

  • Después de ciertos procedimientos utilizados para diagnosticar problemas en la vesícula o en el páncreas (CPRE) o una biopsia guiada por radiología.
  • Hiperparatiroidismo
  • Uso de ciertos medicamentos (especialmente estrógenos, corticoesteroides, sulfamidas, diuréticos tiazídicos y azotioprina).
  • Ciertas infecciones virales, como las paperas, que pueden afectar el páncreas.
  • A veces, una vez realizado el estudio completo, no se llega a saber la causa.

¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma principal de la pancreatitis es un dolor agudo, muy intenso y constante localizado bajo el esternón (epigastrio) que irradia a espalda “como en cinturón”. Puede asociarse a náuseas, vómitos y fiebre.

¿Cómo se diagnostica?

Lo fundamental, como en cualquier patología, es una buena anamnesis y exploración física que nos haga sospechar el cuadro.

Dada la intensidad del dolor y la afectación del estado general de estos pacientes, es un cuadro que se suele diagnosticar en el servicio de urgencias y que precisa de ingreso hospitalario.

Además, se llevarán a cabo exámenes de laboratorio, que mostrarán elevados niveles de amilasa en sangre y datos de inflamación sistémica, así como será precisa una prueba de imagen (TAC, RM) para valorar grado de afectación de la glándula, la cual se realizará a las 48-72h del inicio del dolor, salvo que el diagnóstico de inicio sea incierto y sea necesaria para descartar otras causas del dolor abdominal.

¿Cuál es el tratamiento?

Es un proceso que requiere hospitalización por varios días, siendo necesaria incluso la vigilancia en UCI si se asocia con fallo de varios sistemas orgánicos (función renal, respiratoria, hemostasia…).

No existe un tratamiento dirigido, salvo en casos concretos (autoinmune, infecciosa…), y si se asocia a obstrucción de la vía biliar con infección de la bilis concomitante (colangitis aguda).

El tratamiento habitual consiste en analgesia y tiene como objetivo mantener estabilidad hemodinámica y tratar las posibles complicaciones derivadas.

A menudo precisa de dieta absoluta de inicio debido al dolor, si bien se ha visto que la introducción temprana de dieta oral mejora la evolución del cuadro, ya que disminuye el riesgo de infección.  A veces no es posible la reintroducción oral precoz de la alimentación oral porque el intestino se paraliza de modo temporal (ileoparalítico), siendo necesaria la colocación de una sonda a través de la nariz (sonda nasogástrica) para extraer el contenido gástrico

Además, es imprescindible una sueroterapia intensa vía endovenosa para paliar la pérdida de líquido producida por la inflamación pancreática, preservando así la función renal y manteniendo “hidratado” al páncreas, evitando problemas futuros.

Es imprescindible, en cuanto sea posible, el tratamiento de la afección que causó el problema puede prevenir ataques recurrentes (abstención absoluta de alcohol y tabaco, extirpación de la vesícula biliar si es el origen…)

A veces, la pancreatitis aguda grave puede presentar complicaciones tardías (a partir de las dos semanas de instauración del cuadro), tales como pseudoquistes, infección…que precisarán de tratamiento específico.

VÍDEOS

Animación: pancreatitis aguda

Manejo y tratamiento de la pancreatitis aguda